
Aprendiendo a Reconocer Patrones Tóxicos y Establecer Límites Sanos
Protegiendo tu Energía y Bienestar
RELACIONES
Patricia Ortega
12/1/20243 min read
Como mujeres neurodivergentes, muchas de nosotras hemos aprendido a navegar el mundo confiando en la buena intención de las personas. Nos han dicho que seamos amables, que demos segundas oportunidades, que no juzguemos demasiado rápido. Y es cierto, la empatía es una de nuestras mayores fortalezas. Pero, ¿qué sucede cuando esa empatía nos lleva a ignorar las señales que nos advierten que una relación no es saludable?
La trampa de la buena intención
Una de las características más comunes en las mujeres con autismo o TDAH es nuestra tendencia a interpretar las acciones de los demás desde la mejor perspectiva posible. Vemos a alguien que nos trata de forma inconsistente y pensamos: "Tal vez está pasando por un mal momento", "Quizás no quiso decir eso", o incluso "Soy yo quien está siendo demasiado sensible".
Nos enseñaron a creer que, si alguien nos trata mal, seguramente hay una razón justificada. Y así, en lugar de protegernos, seguimos invirtiendo tiempo, energía y emociones en relaciones que nos desgastan.
El problema es que esta forma de interpretar el mundo nos puede dejar vulnerables. Nos encontramos en situaciones donde nuestras necesidades son ignoradas, nuestros límites son cruzados, y nuestro bienestar emocional queda relegado a un segundo plano.
Reconociendo patrones tóxicos
Una relación tóxica no siempre se muestra con grandes gestos o palabras hirientes. A veces, es más sutil. Puede ser una amistad que siempre exige tu tiempo pero nunca está disponible para ti. O una pareja que minimiza tus emociones y te hace sentir que exageras. Incluso puede ser un familiar que constantemente cruza tus límites personales, pero lo hace "por amor".
Algunos patrones a los que debes prestar atención:
Inconsistencia emocional: Personas que un día te tratan bien y al siguiente te ignoran o son frías sin razón aparente.
Gaslighting: Cuando constantemente hacen que dudes de tus percepciones, emociones o recuerdos.
Exigencias desproporcionadas: Esperan que siempre estés disponible, pero rara vez muestran la misma reciprocidad.
Falta de respeto por tus límites: Cuando expresas una necesidad o límite, lo ignoran, lo ridiculizan o te hacen sentir culpable por ello.
El poder de establecer límites
Uno de los aprendizajes más poderosos que puedes integrar en tu vida es el arte de establecer límites sanos. Los límites no son barreras egoístas. Son una forma de comunicarle al mundo cómo deseas ser tratada, qué estás dispuesta a aceptar y qué no.
Establecer límites claros y firmes puede ser incómodo al principio, especialmente si no estás acostumbrada a hacerlo. Tal vez tengas miedo de que te vean como "difícil" o "egoísta". Pero es importante recordar que cuidarte a ti misma no es egoísmo, es una necesidad.
Cómo empezar a poner límites saludables
Escucha tus emociones: Si algo te hace sentir incómoda, frustrada o agotada, es una señal de que hay un límite que necesita ser reforzado.
Define tus límites personales: Reflexiona sobre qué comportamientos son aceptables para ti y cuáles no lo son. ¿Qué necesitas para sentirte respetada y segura?
Comunica tus límites con claridad: No necesitas justificarte ni dar explicaciones extensas. Un simple "No, gracias" o "No me siento cómoda con esto" es suficiente.
Sé consistente: No basta con establecer un límite una vez. Debes mantenerlo firme, incluso si otros intentan cruzarlo.
Protegerte es un acto de amor propio
Aprender a reconocer patrones tóxicos y establecer límites saludables no es fácil, especialmente si has pasado gran parte de tu vida priorizando las necesidades de los demás sobre las tuyas. Pero cada paso que das hacia el autocuidado es un acto de amor propio.
Recuerda: no estás sola en este camino. Muchas de nosotras hemos tenido que aprender, a veces a través del dolor, que no todas las personas tienen buenas intenciones. Y eso está bien. No es tu responsabilidad cambiar a los demás, pero sí es tu responsabilidad cuidarte, proteger tu energía y crear relaciones que nutran tu bienestar.
Tú mereces relaciones sanas, llenas de respeto, comprensión y amor genuino. No te conformes con menos.